Dentro del grupo de los ricos, puedes incluir a tu primo que está cobrando unas rentas ilegales de diferentes partidos… o al vecino director de empresa que tiene un mercedes en el garaje. Estos grupos tienen impacto en su entorno inmediato, sea barrio, ciudad, o incluso país.
Tomad como ejemplo la familia de los Walton. Sam Walton comenzó comprando pequeñas tiendas en zonas pobres del Sur de USA, como Arkansas. Seguía un modelo de vender productos mas baratos que en la ciudad, compitiendo con almacenes de renombre, y que evitaba que la gente del lugar tuvieran que conducir sus coches muchas millas para comprar productos necesarios.
En cosa de 10 años, ganó lo suficiente con estas pequeñas compras, como para iniciar e invertir en una cadena. En 1962 abrió el primer Walmart propio. En 1968 se expandió fuera de Arkansas, y 20 años después, ya estaba en condiciones de comprar y absorber otras cadenas.
En 1992 muere Sam Walton, y ya sus familiares, que habían entrado a trabajar como EJECUTIVOS en la empresa, tomaron las riendas del negocio de forma definitiva. Y es ahí donde muchas practicas comenzaron a parecer extrañamente abusivas. En el condado de McDowell County, West Virginia, en USA, un Walmart abre sus puertas en 2005. Este condado ex-minero, carbonero, ahora en declive economice, crea excitación y expectación por la apertura. Pero año tras año, todos los pequeños comercios, “tiendas de papá y mamá” como son conocidas, van cerrando, al no poder competir con el gigante.
El ferretero, en alarde de patriotismo, quiere comprar y vender productos americanos en su ferretería. Los patrones y lugareños, más preocupados por ahorrar dinero que en la calidad, van a Walmart a comprar la pala por $7.00 hecha en China, que el ferretero vende por $15.00, hecha en USA.
Como en muchos otros sitios, el patriotismo no va de la mano de la billetera. Tener banderitas en la solapa no te pone dólares en el bolsillo.
Y como al ferretero, ocurre igual con el carnicero, el de la tienda de electrodoméstico e incluso con la tienda de alimentación. Walmart lo tiene todo dentro: artículos de cocina, electrodomésticos, comida, charcutería, carnicería, frutería, muebles, electrónica, computación, ropa…
Y a medida que los negocios locales cerraban, por no poder competir con Walmart, muchos de los antiguos dueños se encontraban pidiendo trabajo en Walmart. Y si eran contratados, descubrían que ganaban por debajo del salario mínimo, ya que Walmart los contrataba a media jornada, y así, por ley, no tenia que darles beneficios.
Tras diez años en el condado de McDowell County casi todas las tiendas pequeñas habían cerrado, al no poder competir. La gente ahora tenia menos dinero porque las economías locales se habían empantanado. Y el Estado y el Municipio, estaban gastando más dinero en dar ayudas en forma de cupones para alimentos a los ciudadanos que habían perdido el empleo al cerrar sus negocios por Walmart porque no podían llegar a fin de mes, trabajando solo media semana a sueldo mínimo.
“…la contratación de trabajadores era a media jornada, para así no estar obligados a dar contratos dignos ni beneficios, seguros de salud (en USA, recordad, no hay Sanidad Universal), u otro tipo de prestaciones sociales.”
Y como Walmart comenzó a ver sus ingresos menguar, los trabajadores no tenía dinero para comprar, amenazaron con cerrar los almacenes. La alcaldía se alarmó. En diez años habían perdido casi todos los negocios locales. Si cerraba Walmart no habría donde ir a comprar en absoluto.
Cuando abrió sus puertas, Walmart tributo $145,000 en impuestos al condado. Ahora que no estaban ganando lo que querían ganar, amenazaba con irse del condado, por lo que el Ayuntamiento les ofreció $65,000 en descuentos tributarios. Dinero que no iría, ya, a las escuelas, a las carreteras, o infraestructura.
Esto les sirvió para ganarse 5 años más del “negocio Walmart”, cosa que los políticos locales, “cortoplacistas” como en todo el mundo, se jactaron y regocijaron. Pero en 2016, desde la sede corporativa a los dirigentes políticos les llegó la noticia de que el Walmart, en el condado, iba a cerrar definitivamente.
“Como en muchos otros sitios, el patriotismo no va de la mano de la billetera. Tener banderitas en la solapa no te pone dólares en el bolsillo.”
Walmart había comenzado ofreciendo 300 puestos de trabajo. Pero no nos engañemos. Era empleo PRECARIO; con mayúsculas, sí. Porque como explicábamos, la contratación de trabajadores era a media jornada, para así no estar obligados a dar contratos dignos ni beneficios, seguros de salud (en USA, recordad, no hay Sanidad Universal), u otro tipo de prestaciones sociales. De esos 300 empleos, casi todos los trabajadores tenían que suple-mentar sus costes de vida con beneficios públicos, como cupones de comida, u otros tipos de asistencia social.
Finalmente, el condado perdió los impuestos de los pequeños empresarios que tuvieron que cerrar por no poder competir con las prácticas globalistas de Walmart. En los últimos años, Walmart solo empleaba a 160 personas en ese almacén, acabando por despedir a todas en 2016. Al final, el condado (y los pueblos allegados a él) estaban yermos de tiendas y servicios, el Ayuntamiento arruinado, la gente aún más desempleada que antes..
Pero la familia Walton, el año que se cerró ese almacén en West Virginia, consiguieron unos ingresos del negocio de Walmart (Global) de $485.9 BILLONES de Dólares.
Cuando el Walmart abrió, el condado contaba con 28 Iglesias Metodistas; ahora solo quedan 6. Yo siempre he dicho que debiera ser mandatario, abrir una biblioteca por cada iglesia, pero eso es tema de otro artículo. También existían siete bares, ahora solo queda uno. Y también tres cines/teatros. Ahora solo hay uno y a punto de cerrar. Y donde antes había tres centros comunitarios, ahora no hay ninguno.
El hábito o práctica de actuar a corto plazo o “Cortoplacismo” fue nocivo para los intereses de la comunidad, tanto por parte de las corporaciones, como de los políticos que lo permiten.
Pero otra victima de la complicidad, a veces ineptitud de los políticos que dejan que Walmart venga a fagocitar sus vidas y sus comunidades, son los valores de la propiedad. Casas que antes tenían un valor elevado, al cerrar tantos comercios en la zona y eventualmente irse los grandes almacenes, los bienes y raíces se devalúan y caen en picado. Casas que antes podían valorarse en $150,00 cuando este proceso de rapiña acaba, se devaluan, y apenas alcanzan los $80,000.
Parecida historia le ocurrió al pueblo de Oriental en Carolina del Norte. La tienda local, llamada Town’n Country Grocery tuvo que cerrar después de 44 años de servicio a la comunidad, cuando un “Walmart” abrió sus puertas en el condado, también en 2016. Menos de 2 años después de abrir sus puertas, el gigante cerró. Y cuando se fue, dejó al condado sin víveres, sin tiendas de comestibles, y sin farmacias. Todas existían antes pero perdieron la guerra contra el gran “depredador de tiendas”.
Y así una gran colección de nombres. Pueblos como Clearwater, Kansas, o el de Merkel, Texas, o el de Godley, también en Texas, con una población de mil habitantes, al año ninguna tienda local podía competir con el gigante y terminaban cerrando. Y al destruir la economía eventualmente el Walmart también se iba y ahora los habitantes tienen que conducir durante veinte minutos en autopista para ir a hacer sus compras de comestibles.
“Para que esta “depredación” tenga éxito, las comunidades tienen que aceptarlo… Y para ellos, el producto final que quieren consumir, es a ti.”
No os creáis que esto es SOLO un problema generado por las grandes compañías. Para que esta DEPREDACIÓN tenga éxito, las comunidades tienen que aceptarlo. El espejismo de recibir más por menos, es algo que en la era digital lo hemos aprendido (algunos) en nuestros móviles. Si lo que instalas es gratis, es porque el producto ERES TÚ. Si Walmart viene a tu pueblo, no es para ayudarte. Es porque quiere tu dinero. Sin un fondo eficiente de economía local, las comunidades están a merced de estos monstruos del consumismo. Y para ellos, el producto final que quieren consumir… es a ti.
Espero que nadie haya leído este articulo pensando “que mal están los pobres americanitos”… Esto es una llamada de alarma a los daños colaterales de las grandes superficies. Es en las zonas rurales donde el daño es mas fácil de ver, porque la escala económica es mas pequeña y los resultados de la estafa son mas obvios. Pero cuidado porque en las ciudades de la vieja Europa también tiene consecuencias nefastas. Entidades como Carrefour, Aldi, Costco, Simago, Mark & Spencer o Hema, por mencionar algunos, tienen cuidado de aprender de las lecciones de Walmart en USA, pero tampoco te confundas: las empresas no son muy conocidas por sus principios éticos. Las empresas tienen por principal objetivo el generar beneficios económicos, no bienestar social.
Lo mejor que puedes hacer es involucrarte en tu política local, de ciudad o de comunidad, y asegurarte de que las apariciones de grandes almacenes vienen con:
- Buena contribución de impuestos, y ninguna dispensación tributaria.
- Se comprometen a una tarea social (como donar alimentos retirados a donaciones de comida, y otras caridades locales)
- Se posicionan geográficamente en lugares donde pueden mejorar el valor de la propiedad. Un gran almacén siempre querrá estar céntrico. Es mejor apartarlo un poco, y que se moleste en crear valor para que el tráfico de clientes, también cree zonas de reconocimiento de los bienes inmateriales y raíces.
- Asegurar que no contaminan ni deterioran el medio ambiente y si lo hace, someterlos a penalidades que cubren el gasto de las limpiezas. De que carajo te sirve tener productos baratos cerca, si no vas a tener agua potable el resto de tu vida, o vas a morir por un cáncer producido por sus químicos.
Y recuerda, “que no te den gato por liebre”.
Autor: Gerald Dean reside en Estados Unidos, director del programa radiofónico “Clave 45” y “Noche Americana”, especializado en el mundo de las conspiraciones. Más información en https://clave45.wordpress.com/