Durante la dictadura militar encabezada por el general Augusto Pinochet en Chile, se llevaron a cabo violaciones generalizadas de los derechos humanos. Los organismos militares, policiales y de inteligencia implementaron una política sistemática de persecución, encarcelamiento, tortura, asesinato y desaparición forzada de opositores políticos. Para ocultar estos crímenes, el régimen utilizó estrategias como la creación de enfrentamientos falsos, la censura y la desinformación. Los informes oficiales estiman que hubo 31.686 víctimas directas, con 28.459 casos de tortura y 3.227 casos de ejecución o desaparición. También hubo alrededor de 200.000 exiliados y un número desconocido de personas que pasaron por centros de detención y tortura secretos. El golpe que llevó a Pinochet al poder resultó en la destitución del gobierno democráticamente elegido de Salvador Allende y el establecimiento de un régimen militar. Miles de personas fueron detenidas y arrestadas en los días siguientes al golpe, sin importar su estatus social, género, ocupación, estado civil o edad.