EL ECLIPSE LUNAR MÁS LARGO DEL SIGLO XXI CON MARTE EN OPOSICIÓN A LA TIERRA.

Desde Polonia a Portugal, Europa entera se asomó a la ventana para ver un espectáculo extraordinario: la » Luna Roja «, el eclipse lunar más largo del siglo. Algo que no se repetirá en otros cien años.
También conocido como «Luna de Sangre» por el color rojizo o anaranjado que asumió el satélite blanco, las primeras imágenes llegaron, sin embargo, por televisión, captadas desde Nairobi, donde el fenómeno empezó una hora antes.
Allí estuvimos, esperando, pero el acontecimiento irrepetible para nuestra generación, llenó por completo los anhelados deseos de multitud de personas que no acertaban a topar con la efemérides astronómica. Y es que la bruma que cubrió a Málaga, hizo aún más excitante su aparición.

Coincidimos, por si fuera poco, con Suzette Moncrief, referente del blues mundial; la vocalista americana de la Lito Blues Band. Una confortable noche que invitaba a pasear por los paisajes y pasajes de la ciudad.
El fenómeno ocurrió porque la Tierra se interpuso entre el Sol y la Luna y proyectó una sombra sobre ésta. Ese cono dio paso al que fue el eclipse más largo en lo que va de siglo. Cuando África ya lo veía, aquí había que esperar. Eso fue así porque el fenómeno comenzó cuando todavía la noche no había caído en el continente y la Luna no era aún visible. En la mayoría de los casos, sólo se vio la segunda fase: es decir, cuando la luna se hizo visible en el cielo ibérico, ya estaba parcialmente eclipsada.
La Luna no sólo tuvo color sino, también, compañía: Marte era visible a su lado, como un punto rojo más pequeño.
No dudo en reconocer que, tras largos minutos de espera, recogí mi cámara y trípode y puse rumbo cabizbajo hacía el barrio. Allí no había nada. Mi esposa regresó rauda; yo, perezoso y resignado, mantuve el pausado vagar. Sonó el Whatssap. José Antonio Blanco, colaborador de la emisora, me avisaba de la irrepetible visión que estaba contemplando. Y es que, por fin, sería capaz de observarlo; no podía ser ajeno a un evento extraordinario. Luna roja, Marte blanco. Paradojas.
La tierra ha proyectado su sombra sobre el astro durante casi cuatro horas. Gran parte del Hemisferio Oriental de la Tierra ha visto una parte o la totalidad del eclipse.
A diferencia de los eclipses solares, no se necesita ningún equipo especial para observar los eclipses lunares. Estos últimos eventos, que ocurren cuando la Luna pasa a la sombra de la Tierra, pueden ser vistos con seguridad directamente a simple vista, telescopios o binoculares.
La Luna se vuelve de color rojo intenso o marrón rojizo durante los eclipses, en lugar de oscurecer por completo. Eso se debe a que parte de la luz solar que atraviesa la atmósfera de la Tierra se curva alrededor del borde de la Tierra y cae sobre la superficie de la Luna. El aire de la Tierra también dispersa más luz de longitud de onda más corta; lo que queda es la longitud de onda más larga, el extremo más rojo del espectro.
Además, la Luna ha estado en un punto más alejado de la Tierra a lo largo de su órbita, según señala EarthSky. Eso significa que la luna ha aparecido un poco más pequeña en el cielo y ha tardado un poco más en atravesar la sombra de la Tierra.
Marte estaba a la mínima distancia a la Tierra en 15 años. El planeta rojo está a 57,6 millones de kilómetros de nuestro planeta. Marte estaba en oposición, lo que quiere decir que el sol y este planeta están alineados y en posiciones opuestas de nuestro planeta.
Ambas cosas provocaron que Marte estuvo más brillante en el cielo, un efecto acrecentado por la tormenta global de polvo que sacude el planeta desde hace semanas. Por este motivo, por cierto, la sonda Opportunity está apagada desde el pasado 10 de junio y se tiene pocas esperanzas de que vuelva a la actividad.
«Es magnífico. Marte está tan brillante como una luz de aterrizaje», ha dicho en «Phys.org» Harry Augensen, astrónomo de la Universidad de Widener (EE.UU.). «No es tan brillante como Venus, pero a causa de su color rojizo y anaranjado, realmente no puedes perdértelo».
Autor: Alberto Guzmán. Fuentes: La Vanguardia, ABC, BBC. Fotos: Alberto Guzmán