En el Pre-estreno de “La Señal, Ciencia y Misterios” contactamos con Esteban Palomo, del programa radiofónico y web “Misterio en Red”, para hablar del caso de “Pedro el Sabio”. 1910, humanoides, profecías y curaciones, eventos que se repiten en 1996. Además, conectan con las “Médicas del Espacio” en Argentina. También: La Niebla, otra edición especial de “El Conejo Rojo Dice” y mucho más.
Pedro Cortezo vivió en la sierra de Ojén, concretamente en la parte de puerto, alrededor de la primera década del siglo XX. Era un vecino más del municipio que, como la gran mayoría en aquellos tiempos, se ganaba la vida como cabrero y cultivaba su propio terreno con algunos olivares. Estaba casado pero no tenía hijos. Era un hombre alto y robusto cuyo carácter caritativo y sensible se reflejaba en su amabilidad con la naturaleza. Aunque era un buen católico, también poseía ciertas inquietudes por el arte y la ciencia. Algo poco habitual para la época.
Con la edad de 40 años, Pedro fumaba un cigarrillo mientras sus cabras pastaban cerca de un arroyo. Era un caluroso día de primavera en el que, de la nada, surgió un extraño individuo que gamas había visto con anterioridad. En un primer momento Pedro lo confundió con un cazador o un deportista, según su indumentaria. El desconocido comenzó a contarle una historia maravillosa sobre la Tierra que enseguida despertó la atención del espíritu curioso de nuestro protagonista. Según contaba la leyenda del forastero, el planeta Tierra estaba siendo protegida por seres extraterrestres desde hacía milenios. Ellos modificaron el angulo de rotación a 113º, destruyeron un satelite de la Tierra, crearon las 4 estaciones… y todo para hacerlo más habitable. Pedro, aunque curioso y de espíritu inquieto, no quería pecar de ingenuo por lo que su primera idea es que aquel hombre no estaba bien de la cabeza. Presintiendo esa opinión le aclaró que no estaba hablando con ningún desequilibrado sino más bien con una raza de hombres cultisima y de moral perfecta.
Aquel encuentro sería el primero de tantos otros que le permitieron adquirir una ciencia infusa revelada de un modo extraño y misterioso. Esta situación le provocó un cambio de actitud que incrementó su humildad y su caridad a límites extremos que se reflejaba en su hipnótica mirada. Profecías, vaticinios y demás cosas que contaba nuestro vecino Pedro, implicó que fuese considerado causa de burla e incredibilidad por todos los que lo escuchaban. Pero el tiempo ha demostrado que muchas cosas que nos contaba se han hecho realidad. Así que “Pedro el Sabio”, seudónimo por el que es conocido, fue el medio por el que los seres desconocidos transmitían sus conocimientos a través de sus encuentros en la sierra. ¿Quiénes eran esos seres? ¿Eran ángeles o seres humanos como nosotros? Estas y muchas preguntas se las hace el periodista del artículo del diario Sur y Pedro lo mira, sonríe y calla.
Nos quedamos con las palabras que finalizan el artículo del Sur del 26 de Enero de 1968…
“Y este habló en cierta ocasión a sus familiares de un largo viaje que iba a emprender con los desconocidos cosmonautas… El quizá no retornase jamás a la Tierra… pero que nadie llorase, por que en el Infinito todo es Posible…”
Fuentes: DENEX, Diario Sur, El blog de Ojén
También hablaremos de las dos hermanas cordobesas (Argentina), conocidas como las “médicas del espacio” y que estuvieron 14 meses desaparecidas. Ana y Ada Azategui, de 65 y 68 años, dueñas de un campo de 300 hectáreas ubicado en el paraje rural El Quebracho, en el Valle de Calamuchita, en Córdoba, desaparecieron misteriosamente el 11 de octubre de 2015, dos semanas después de la muerte de su hermano, también propietario del inmueble.
Desde el primer momento, su desaparición quedó envuelta en misterio. Los testimonios indicaban que hacía al menos una década que no salían de su modesta casa rural, en el campo de unas 300 hectáreas.
Las hermanas decían tener un don curativo y contacto espacial (se las conocía como “médicas del espacio”) y solían asistir a pacientes con distintas dolencias en su casa a cambio de alimentos, según narraron los investigadores del caso. Los baqueanos se atrevían a asegurar que al menos habían recibido a unas 15 mil personas en estos últimos años. Los presuntos pacientes iban en busca de algún alivio o sanación.
En esa línea, no fue menor para los investigadores el hecho de que tras su desaparición en la casa no faltaba nada. Sólo el mate con la bombilla de plata, del que nunca se separaban. Y una pista clave fue un testimonio que reveló que el domingo que desaparecieron habían ingresado al campo supuestos pacientes de Buenos Aires.
Hoy, en “La Señal, Ciencia y Misterios” conoceremos el desenlace de esta apasionante historia
Fuente: EDENEX, Diario El Clarín
Querria contactar con alguien de ojen(malaga)por motivos de sanacion.Yo soy de Rianxo(Coruña)